Pintura mural en El Rosario, Querétaro en peligro/ nota del periódico Reforma


 

 

Peligra mural teotihuacano
Amenazan la geología y el saqueo a las obras de 1800 años de antigüedad. Requieren 1 mdp para rescatar y llevar en forma provisional las piezas a museo

 

Yanireth Israde

 

(11 junio 2009).

Periódico Reforma

 

San Juan del Río, Querétaro.- Además de la zona arqueológica de Teotihuacán, sólo un sitio en México resguarda murales teotihuacanos: El Rosario, donde pinturas recién descubiertas y cuya antigüedad alcanza los 18 siglos, pueden ser "engullidas" por la tierra o perderse a causa del saqueo.

 

Cuatro murales correspondientes al pórtico de una habitación, y un fragmento de grafitti, quedaron al descubierto en la primera temporada de excavaciones, de marzo a mayo, en el edificio principal del antiguo centro ceremonial, ubicado sobre un terreno inestable, con socavones o grandes túneles que succionaron ya buena parte de la estructura, destruida en un 40 por ciento.

 

Por eso los arqueólogos Carlos Viramontes Anzures, Fiorella Fenoglio Limón y Juan Carlos Saint-Charles Zetina, responsables de la investigación en la zona, lanzaron ayer un S.O.S, pues se requieren entre 800 mil pesos y un millón para el rescate y traslado provisional de las pinturas al Museo Regional de Querétaro.

 

El presupuesto de 500 mil pesos, que el INAH destinó para exploración geológica y arqueológica ya se agotó y sólo se dispone del dinero suficiente para pagar la vigilancia.

 

El Gobierno de la entidad ha manifestado interés en aportar recursos para la conservación de las obras, pero ese apoyo todavía no se concreta.

 

"Es urgente (conseguir los fondos), se acercan las lluvias y los murales no aguantan si están expuestos. Si a corto plazo no obtenemos los recursos se cubrirán las pinturas, pero estarán en riesgo por el saqueo", advirtió Viramontes Anzures.

 

Fenoglio Limón recordó que en 2007, cuando los murales no habían sido destapados, se perdió un trozo. Hoy el hueco es notorio.

 

Pero también el terreno representa un riesgo mayúsculo. Fue en el pasado un río y ahora quedan bancos de arena que al aflojarse dejan huecos o túneles que devoran la estructura principal. De cuatro socavones, uno está justo bajo las paredes decoradas a la usanza teotihuacana.

 

En negro, amarillo, rojo, azulverdoso y blanco, se han identificado en los murales representaciones de cuchillos de obsidiana, corazones sangrantes, escudos numerales y personajes con la vírgula de la palabra o sonido, es decir que hablan o cantan.

 

Los arqueólogos suponen que El Rosario, que se desarrolló del 200 al 900 en cuatro etapas constructivas, fue fundado por teotihuacanos. Es un misterio la razón de su estancia en este lugar, aunque posiblemente llegaron por intercambios, para canjear por ejemplo obsidiana por algodón, aventura Viramontes Anzures.

 

"Me parece que El Rosario es el único lugar en México donde se ha reportado pintura mural teotihuacana fuera de Teotihuacán", enfatiza.

 

Aunque las técnicas pictóricas, los motivos iconográficos y los colores revelan su parentesco con la poderosa metrópoli, los murales muestran también divergencias, señaló Fenoglio Limón: el trazo aquí es menos fino y el pigmento azulverdoso no es común en la Ciudad de los Dioses.

 

En las exploraciones del edificio principal, de más de 10 metros, se hallaron también ofrendas con huesos de animales carbonizados y restos óseos, posiblemente de murciélagos.

 

Los especialistas hallaron asimismo textiles, cabellos y troncos de madera, además de carbón y cerámica.

 

Es probable que se descubran más murales en el resto del edificio o en las estructuras que permanecen sepultadas en un área central que abarca cinco hectáreas, si bien el antiguo enclave se extendió hasta la presa Constitución de 1917.

 

Para 2010 se retomarán las investigaciones y el estudio integral del sitio podría extenderse por más de un lustro, estimó Viramontes Anzures.

 

Así lo dijo:

"Me parece que El Rosario es el único lugar en México donde se ha reportado pintura mural teotihuacana fuera de Teotihuacán".

 

Carlos Viramontes Anzures
Arqueólogo